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viernes, 5 de mayo de 2017

02 - El Gigante sin Corazón

El gigante sin corazón 

Basado en un viejo cuento alemán se trata de un gigante que aterrorizaba un reino, sin embargo el rey de aquel pudo capturarlo y lo encadenó en una de las prisiones del castillo. Al pasar el tiempo el gigante se hizo amigo de Leo, uno de los hijos del rey, pero este sólo lo engaño para que pudiera darle las llaves de sus cadenas y así poder escapar. Después de aquello los hermanos de Leo fueron en busca del gigante pero ninguno regresó y fue entonces que Leo decidió ir ya que se sentía culpable por aquello. Al pasar por ciertos altercados Leo se hizo amigo de un ave, un pez y un lobo. Tiempo después encontró al gigante y a sus hermanos (convertidos en piedra por el gigante) fue por eso que decidió convertirse en el sirviente del gigante para poder encontrar su corazón. 

En dos ocasiones el gigante engañó a Leo sobre donde estaba su corazón, pero se lo dijo realmente la tercera vez: - "Tan lejos que no te puedes imaginar, tan alto que no se puede alcanzar, en una montaña, en la montaña hay un lago, en ese lago una isla, en la isla una iglesia, en la iglesia un pozo y en el pozo un pato, en el pato un huevo y en el huevo ahí está mi corazón". Al anochecer, Leo llamó a su amigo el lobo y fueron en busca del corazón, gracias también al ave y al pez, pudieron encontrar el huevo donde estaba el corazón del gigante. Cuando regresó donde el gigante, éste estaba furioso porque había salido sin consultárselo; entonces Leo le mostró el huevo y el gigante lleno de pavor le pidió que se lo entregara pero Leo a cambio le pidió que liberara a sus hermanos y a toda la gente que había convertido en piedra, el gigante así lo hizo; sin embargo sus hermanos le quitaron el huevo y lo rompieron, fue así como el gigante murió, dando a conocer que en vez de corazón tenía un avispero. El cadáver del gigante hizo que se formara una montaña la cual se llamó La Montaña del Gigante sin Corazón. Leo les contó aquello a sus hijos y nietos sobre el gigante, sólo que cambiaba el final narrando que el gigante sí consiguió su corazón.


HANS MI PEQUEÑO ERIZO


HANS, MI ERIZO

Adaptado de un cuento alemán. La esposa de un granjero, estaba ansiosa por tener un hijo, tanto que no le importaba qué apariencia tuviera con tal de ver cumplido su deseo. La imprevisible fortuna le hizo alumbrar un híbrido entre humano y erizo: cubierto de suaves púas, bípedo y con hocico. Le llamaron Hans, y su madre lo amaba tiernamente, pero no su padre, que lo despreciaba claramente y se avergonzaba de él. Hans al verse diferente de los demás jóvenes, decidió irse de su casa, con varios animales de corral que su padre le dio, y montado en su descomunal y ridículo gallo partió para ir a vivir a un oscuro bosque, donde levantó su hogar y vivió desde entonces con los animales salvajes. Un día el Rey de esas tierras se extravió en el bosque siguiendo una hermosa melodía dulce e inquietante a la vez que comenzaba con un “Hola” y terminaba con un “Adiós”. Llegó a un hermoso palacio que en si era la de Hans, el cual invitó al Rey suculentos manjares y luego, usó su gaita para interpretarle aquella melodía. El Rey se quedó dormido, despertó a las afueras de su reino y, agradeciendo a Hans por haberle salvado la vida, le hizo una apresurada promesa: “Transcurridos a partir de ahora un año y un día te entregaré el primer ser vivo que me reciba a mi llegada a palacio”, creyendo claro, que el primero que lo recibiría seria su perro, pero sucedió algo no previsto, porque en lugar del perro, salió su hija a recibirlo. Después de un año y un día Hans llegó al palacio, y al conocer su premio reclamó la mano de la princesa en matrimonio prometiéndole su amor. La princesa aceptó, entristecida por su suerte pero convencida de que sería muy feo romper una promesa dada su condición de hija del Rey. Así pues, se celebra en el castillo la boda más amarga en la historia del reino, tras lo cual Hans el Erizo se llevaría a la princesa a vivir a su lado. No obstante, Hans ocultaba un secreto que ella pronto lo descubre, y este era, lo que ocurría a medianoche con el erizo, que dejaba sus púas y se convertía en hombre. Sin perder el tiempo, la Princesa comentó su secreto a su madre, quien ésta le dijo que queme las púas del erizo en la chimenea, para así liberar a Hans del hechizo, sin embargo, esto empeora drásticamente dicho hechizo, y Hans deja a la princesa apresuradamente montado en su ridículo gallo. Arrepentida, la Princesa encargó que le hicieran tres pares de zapatos de hierro y, siempre calzada con ellos, salió en búsqueda de su esposo por todo el mundo. Pasado mucho tiempo, por fin encuentra a Hans, en una pequeña choza en un bosque, él la reconoce, pero no se extraña al verla, la Princesa le comenta la aventura y cambios que sufrió por encontrarlo e inesperadamente decide abrazarlo, pero Hans no desea lo mismo, y trata de alejarla de el, pero entre forcejeos, el amor de la Princesa, hace que Hans retome su forma humana, y así, es liberado de hechizo.